Antes de hablar de arte mozárabe, para aclarar conceptos, explicaremos que mozárabes son aquellos grupos de cristianos que permanecieron en su lugar de origen tras haber sido conquistado su territorio por los musulmanes; se trataba de comunidades bastante cerradas a las que las nuevas autoridades permitieron libertad de culto y el mantenimiento de sus iglesias abiertas (los mudéjares fueron las comunidades musulmanas que se mantuvieron, asimismo, en sus lugares de origen pese a la conquista del territorio por los reinos cristianos).
Desde principios del s X, las dificultades entre las comunidades mozárabes y las islámicas se fueron acrecentando y provocaron la emigración de muchos mozárabes hacia el Norte cristiano, especialmente cuando Alfonso III trató de repoblar la cuenca norte del Duero llamando para ello a astures, gallegos y cántabros, que vivían agrupados en las montañas. Ante esta llamada, los mozárabes descontentos acudieron a esta zona y comenzaron a dispersarse por sus tierras. Entre ellos se encontraban comunidades de monjes; algunas de ellas se asentaron en antiguos monasterios visigodos, rehabilitándolos y adaptándolos hasta convertirlos en lugares idóneos para su asentamiento.
Hoy se tiende a calificar este estilo artístico como “arte de la repoblación” en lugar de cómo “arte mozárabe”, ya que muchos historiadores están convencidos de que sus construcciones tienen más que ver con lo visigodo y asturiano que con los sistemas constructivos procedentes de Al Andalus. Solo en ciertos aspectos formales y ornamentales se relacionan estos templos con lo musulmán: en los arcos de herradura, alfices, modillones de lóbulos o de rollos…
A grandes rasgos, las características propias de los templos mozárabes (o propios del arte de la repoblación) son su entrada situada en un lateral y su compartimentación, muy ligada a la arquitectura visigoda.
SAN MIGUEL DE ESCALADA, LEÓN
Fue fundado en 913 por el abad Alfonso, un monje mozárabe, y aquí se instaló una comunidad monástica mozárabe también. La iglesia responde a caracteres visigodos y asturianos, pues parece que fue construida sobre un antiguo santuario visigodo.
Consta de tres naves cubiertas con techumbre de madera y parece que, inicialmente, la entrada se realizaba solo por los pies; posteriormente se abrieron entradas laterales, sobre todo cuando, años después de la fundación, se abrió un pórtico lateral en el lado sur.
Tras las naves se distingue la iconóstasis, un elemento característico de la liturgia visigoda que separa precisamente las naves de la cabecera. El transepto solo se marca por un tramo más ancho, la propia iconóstasis y cancelas, seguramente contó con los usuales edículos de los extremos.
La cabecera es tripartida y de testero recto, como en el arte asturiano, y en el exterior el muro se aprecia recto también, aunque en el interior los perfiles de las capillas siguen la planta de herradura, como es habitual en el arte de la repoblación. Estas capillas se cubren con pequeñas bóvedas gallonadas.
La iluminación es directa y al exterior podemos distinguir cómo el arco de herradura que utilizaron los mozárabes es algo más cerrado que el de los visigodos. El pórtico lateral está unido a una torre cuya construcción es posterior al s XI.
El pórtico queda iluminado por un vano geminado con alfiz, elemento propio del arte musulmán.
SAN CEBRIÁN DE MAZOTE, VALLADOLID
También fue fundado por un monje mozárabe, este llamado Martinus, hacia 913-915, y la fundación monástica se configuró en torno a la iglesia.
Presenta rasgos distintos a los de San Miguel de la Escalada, pues los templos mozárabes no siguen un modelo fijo de planta ni imitan unos criterios arquitectónicos concretos.
Se trata de una iglesia de ábsides contrapuestos, pero presenta una cabecera formada por tres ábsides llamada triforio o cabecera trebolada. El ábside principal se orienta al este y los otros dos se encuentran en los extremos del transepto. Estos absidiolos confluyen en un espacio central sobreelevado que presenta bóveda de cañon.
Los tres se cubren con bóvedas gallonadas y a ambos lados del ábside oriental aparecen dos pequeñas sacristías cubiertas con bóveda de arista y abiertas al transepto.
El ábside contrapuesto, por su parte, es idéntico a los triforiados y presenta bóveda gallonada también. La nave central se separa de las laterales mediante columnas que sostienen arcos de herradura y la cubrición con techumbre de madera permite la iluminación directa.
Paradójicamente, las entradas se abren en los ábsides del transepto en lugar de en los laterales, como es característico del arte de la repoblación. De nuevo, eso sí, las naves se separan de la zona sagrada a través de la iconóstasis. El ábside contrapuesto occidental debía tener una función funeraria.
Este modelo de iglesia ya lo encontrábamos en el arte merovingio, en San Lorenzo de Grenoble, recogiendo trazados de procedencia oriental a través del norte de África y del arte paleocristiano.
En el exterior se marcan muy bien los perfiles y volúmenes: las naves laterales son más bajas que la central y el transepto, mínimamente destacado en planta, presenta un tramo central elevado donde confluyen los tres ábsides. Al exterior el testero aparece recto, aunque en el interior el ábside tenga planta de herradura.
SANTIAGO DE PEÑALBA, LEÓN
Construido en 937, este templo se encuentra en el Valle del Silencio, en Ponferrada, en la parte más alta de un cerro. En principio perteneció a una comunidad eremítica y más tarde se cree que junto a la iglesia pudo haber una ciudad-monasterio.
La iglesia original es una pequeña edificación con nave única dividida en dos tramos y dos sacristías laterales abiertas al tramo del crucero. Presenta un único ábside no tripartito, con testero recto al exterior y con perfil de herradura en el interior.
Se creó totalmente abovedada. En el primer tramo se encontraba la entrada y se cubre con bóveda de cañón mientras que el segundo equivale al crucero y presenta bóveda gallonada. En las sacristías se optó por la bóveda de cañón, y en la cabecera por la gallonada.
Años después de su construcción, se incorporó un ábside occidental contrapuesto con fines funerarios, para enterrar en este lugar a los miembros más relevantes de la comunidad monástica, entre ellos algunos santos. Se trata, por tanto, de un templo pequeño y compartimentado mediante grandes arcos de herradura muy desarrollados.
En la cara exterior de la puerta advertimos dos detalles de influencia musulmana: el cerrado doble arco de herradura, con dovelas muy desarrolladas, y el alfiz. Los modillones de rollos se decoran con ruedas solares de origen celta y flores de seis u ocho pétalos, vinculados a la idea de eternidad.
SAN MIGUEL DE CELANOVA, ORENSE
Se trata de nuevo de una pequeña iglesia muy compartimentada, muy parecida a la anterior. Presenta una nave única dividida en dos tramos irregulares, pues no tienen la misma dimensión.
El primer tramo, de acceso a la iglesia, se cubre con bóveda de cañón, y el segundo, que equivale al crucero, presenta bóveda de arista, es más elevado en alzado y da acceso a un ábside único con testero recto al exterior y perfil de herradura al interior, cubierto con bóveda gallonada. En general, todos los arcos de herradura presentan enormes dovelas y alfiz.
La entrada es lateral y el pequeño tamaño de la iglesia, de menos de 25 metros cuadrados, se explica por el reducido volumen de la comunidad.
Destacan los modillones de rollos en un alero voladizo; los hay lisos, pero parece que corresponden a restauraciones porque los originales son lobulados.
SANTA MARÍA DE LEBEÑA, CANTABRIA
Fue fundada por el Conde de Lebeña y su apariencia actual es más medieval que mozárabe; el pórtico y la torre independiente se añadieron después.
Su compartimentación es compleja, pero el diseño recuerda a las iglesias visigodas. Presenta planta basilical con tres naves separadas por pilares con columnas adosadas entre arcos de herradura. La cabecera es tripartita y de testero recto, conforme al modelo asturiano. Dicho testero se encuentra ligeramente escalonado.
La contracabecera consta de un ábside principal y central y dos sacristías adosadas que hay quien entiende herederas de prótesis y diaconicon, cámaras de las iglesias ortodoxas y católicas orientales. Si imaginásemos este templo sin contracabecera, la planta resultante sería de cruz griega inscrita en un cuadrado.
La nave central es más alta y el templo se cubre en su totalidad con bóvedas de cañón, siguiendo el modelo de San Miguel de Lillo. Las bóvedas se contrarrestan entre sí y la de la nave central tiene dirección longitudinal de este a oeste mientras que las laterales se disponen en dirección norte-sur.
Los capiteles son propiamente mozárabes, de hoja de acanto corintia, y a juzgar por la delicadeza de su ejecución los realizó un buen maestro. Por su parte, los detalles ornamentales del frontón del altar se inspiran en motivos celtas: rueda solar, flores con cuatro pétalos…
SAN BAUDELIO DE BERLANGA, SORIA
Data de principios del s XI y es la más musulmana y la más tardía de todas las iglesias del arte de repoblación. De ella ya os hemos hablado más extensamente aquí.
Presenta nave única, formada por un cuadrado, y un ábside cuadrangular con testero recto tanto al interior como al exterior.
Lo más original es que la nave cuadrada está presidida por un gran pilar del que, a modo de palmera, se expanden nervios que configuran la bóveda curvada que cubre la nave. Sobre ese soporte hay una diminuta cámara cuya posible función se desconoce, aunque las teorías son muchas.
A los pies, la iglesia cuenta con una tribuna de dos pisos cuya función tampoco es conocida. Se configura con arcos de herradura que, a su vez, crean entre sí espacios muy pequeños con cúpulas.
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