Como en el caso del arte visigodo y asturiano, es decir los otros estilos artísticos y arquitectónicos del prerrománico español, el arte mozárabe es siempre fruto de fascinación y controversia.
De hecho, el término "arte mozárabe" es relativamente reciente. Fue acuñado a comienzos del siglo XX por el prestigioso historiador y catedrático Manuel Gómez Moreno en la creencia de que el arte del siglo X y comienzos del XI en los antiguos territorios de Castilla y León, algunos lugares de la Cataluña Condal y el norte de Aragón, emanó fundamentalmente del mundo islámico de Córdoba y fue desarrollado por mozárabes (cristianos en territorio musulmán) huidos desde Andalucía.
Esta teoría de la arquitectura mozárabe ha tenido siempre adeptos y críticos y hoy esa polémica sigue existiendo. Lo que no ha cambiado y es dudoso que lo haga, es la denominación "mozárabe" de estas manifestaciones artísticas ya que, aunque se han propuesto otros nombres como "arte de repoblación" "arte fronterizo", etc. no han caído en gracia.
Como desarrollamos en la secciones específicas que aparecen en la columna de la izquierda, se trata de un arte fascinante, que tiene que ver en muchos casos (el mozárabe de Castilla, León, Galicia y Cantabria) con la arquitectura tardorromana y visigoda, pero con evidentes formalismos árabes.
Estas iglesias, austeras exteriormente, suelen tener un espacio interior muy hermoso y de gusto oriental, con arquerías de herradura, columnas con capiteles corintios de tradición cordobesa y, en algunos casos, tallas escultoras de gran esquematismo imaginativo.
Se trata de los templos de San Juan de Baños, San Cebrián de Mazote, San Baudelio de Berlanga, San Miguel de Escalada, Santa María de Lebeña, San Román de Moroso, Santiago de Peñalba, etc.
El mozárabe del Alto Aragón (El Serrablo de Huesca) tiene, por su parte, su propia controversia ya que, para algunos, su origen estaría entre el siglo X y comienzos del XI, siendo obra de mozárabes. Mientras que para otros hay que emparentarlo directamente con el románico lombardo catalán del siglo XI, como el desarrollado en todo el Pirineo, aunque con "contaminaciones" estilísticas mozárabes.
Otra cuestión que fascina a los historiadores y estudiosos del mundo medieval es que, en una España cristiana subyugada cultural y militarmente por el Emirato y Califato de Córdoba, y en una sociedad empobrecida y bárbara, algunos monasterios cristianos del norte fueran capaces de crear una de las manifestaciones más hermosas y enigmáticas del arte universal, como son los manuscritos iluminados del Comentario al Apocalipsis de San Juan, obra original de Beato de Liébana.
Son los famosos "beatos mozárabes", de los que trataremos especialmente -por su gran importancia- en una de nuestras secciones.
Por suerte, también algunas importantes joyas de las artes suntuarias mozárabes (orfebrería, eboraria...) han llegado hasta nuestros días.
Aunque en muchas ocasiones estos pequeños objetos pasan desapercibidos en nuestros museos, se trata normalmente de valiosísimas obras de arte de una gran calidad plástica y valor artístico.
En nuestra sección de Artes Suntuarias de estilo mozárabe repasaremos la importancia de este arte y las obras más importantes conservadas, como la Cruz de Santiago de Peñalba, el cáliz mozárabe de Santo Domingo de Silos, la cruz procesional y el ara de marfil conservados en el museo Arqueológico Nacional de Madrid y procedentes de San Millán de la Cogolla y la Arqueta de las ágatas de San Isidoro de León (también en el M.A.N.)
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